Tenerife alberga una gran variedad de poblados dignos de conocer y Garachico es, sin duda, uno de los más destacados.
En el noroeste de la isla se encuentra la villa y el Puerto de Garachico, un poblado que tiene una historia de más de cinco siglos y que aún hoy día sigue fascinando a los turistas que lo visitan.
Fundado en el año de 1496 por el adelantado Fernández de Lugo, pronto se consolida como el puerto más importante de Tenerife, paso obligado en las rutas navieras de comercio entre Europa, África y América.
¿Qué ver en Garachico?
Luego de dos siglos de auge y desarrollo, la ciudad se ve malograda por la erupción del volcán Trevejo, que en el año 1706 la deja sepultada “bajo sus cenizas”. Afortunadamente, muchos monumentos de su pasado glorioso perviven hasta el presente y hoy te invitamos a conocerlos.
La Plaza de la Libertad
Sin lugar a dudas, la Plaza de la Libertad – en un comienzo bautizada como Plaza Santa Ana– es el corazón histórico de la villa. En un principio se hallaba unida a la Iglesia de Santa Ana y de ella tomaba su nombre, pero la erupción volcánica trazó una calle entre ambas, separándolas.
Salvo unas leves modificaciones, el diseño actual de la plaza y el Quiosco de Música -que hoy funciona como una cafetería muy coqueta-, datan de principios del siglo XX. En la plaza también podemos ver una estatua en bronce del prócer venezolano Simón Bolívar, regalo de la comunidad garachiquense radicada en Venezuela a su municipio natal.
Edificios aledaños a La Glorieta de San Francisco
Junto a la Plaza se encuentra un doble espacio urbano llamado la Glorieta de San Francisco, alrededor de la cual se erigen los edificios históricos más significativos de Garachico.
Toma nota:
- La Casa Palacio de los Marqueses de Adeje y Condes de la Gomera, más conocida como Casa de Piedra. Es uno de los ejemplos más antiguos de arquitectura doméstica y data de primera mitad del siglo XVII.
- Casa del Marqués de la Quinta Roja, del mismo siglo, hoy convertida en un hotel cuatro estrellas
- El ex – Convento de San Francisco de Asís y su iglesia consagrada a Nuestra Señora de Los Ángeles. Hoy el convento funciona como Casa de la Cultura y alberga el Archivo Municipal y la Biblioteca Pública.
- El Ayuntamiento.
- El emblemático templo de Santa Ana.
Arquitectura eclesiástica en Garachico.
La ciudad de Garachico en sus escasos 29 kilómetros de superficie, albergó varias construcciones religiosas como parroquias y conventos que pertenecían a las órdenes de los dominicos, agustinos y franciscanos. Muchos de estos edificios eclesiásticos siguen en pie y no solo son considerados un patrimonio histórico-cultural en sí mismo, sino que también contienen numerosas obras de arte, tanto pinturas como esculturas de imaginería religiosa.
El ex-convento de Santo Domingo de Guzmán (siglo XVII) hace gala de siete balcones de madera en su planta superior que son en sí mismos siete obras de arte. Su antigua capilla en la actualidad sirve como Museo de Arte Contemporáneo y Auditorio Municipal.
El único convento que sigue funcionando como tal es el de las Concepcionistas Franciscanas, una orden de monjas de clausura devotas de la Inmaculada Concepción, cuya construcción data del siglo XVII.
De las iglesias de Garachico la más antigua es la de San Pedro (siglo XVI), pero la que se destaca por sobre todas es la que ya te mencionamos: la Iglesia de Santa Ana. Este templo de planta de cruz latina, con tres naves separadas por columnas y arcos de medio punto, guarda en su interior la imagen del Cristo de la Misericordia, escultura hecha en Nueva España (México) en el siglo XVI por los indios tarascos.
El Cristo de la Misericordia es el protagonista de las fiestas lustrales que se hacen cada cinco veranos en Garachico. La festividad religiosa no se circunscribe únicamente a la procesión del Cristo Crucificado, sino que se produce un sincretismo con otros elementos laicos. Para la ocasión, toda la ciudad se engalana con flores de papel y farolillos. Se realizan desfiles de carrozas y fuegos de artificio, conocidos como Fuegos del Risco, auténtico recuerdo de la erupción volcánica de 1706. ¡Una hermosa excusa para visitar Garachico al menos cada cinco años!
Puerta de la Tierra
Dentro del casco histórico, pero dirigiéndonos más cerca de la costa, podemos visitar La Puerta de la Tierra. Esta antigua construcción pétrea es el único resto que queda del antiguo Puerto de Garachico que se destruyó con la erupción del volcán. Esta era la puerta por donde entraban y salían todas las mercaderías que se importaban o exportaban en la ciudad.
En la actualidad está localizada en la Plaza Juan González de la Torre, un frondoso parque poblado de plantas exóticas y que invita al descanso y relax. Te recomiendo sentarte en una banca a la sombra en compañía de un buen libro. Lo único que interrumpirá tu lectura es el trino de las aves locales.
Castillo- Fortaleza de San Miguel
En nuestro recorrido por Garachico, continuamos hasta la costa y caminamos por el paseo marítimo hasta dar con el Castillo de San Miguel. Esta fortaleza es el único ejemplo de arquitectura militar que encontramos en Garachico.
Construido a partir 1575 por Real Cédula de Felipe V, el castillo se levanta de cara al mar para proteger al puerto de los ataques piratas. No por nada se encuentra tan próximo a la Puerta de la Tierra.
Vale la pena visitar su museo y recorrer la azotea donde se encuentran cañones de la época. Desde sus garitas se puede disfrutar de panorámicas únicas del océano Atlántico. Un consejo: no apto para quienes sufren de acrofobia.
Las piscinas naturales El Caletón
Concluimos nuestro recorrido en la costa, junto al castillo-fortaleza, se encuentra El Caletón. Estas piscinas naturales se formaron en el siglo XVIII, tras la erupción del volcán Trevejo. Entonces la lava arrasó el pueblo y se derramó cuesta abajo buscando una salida al mar. Así, con la sedimentación de la lava volcánica, se formaron estas piscinas naturales.
Diariamente, la pleamar llena estas piscinas con agua límpida. Es por eso que solo están abiertas en temporada estival, cuando el mar está más calmo. Asimismo, el horario en que se puede nadar está sujeto a las mareas y al oleaje.
Si bien en varios municipios de la isla encontramos más piscinas naturales, las de Garachico tienen un plus: la entrada es libre y gratuita. Además, junto a las piscinas hay un restaurante anclado en la roca volcánica, donde puedes disfrutar del mejor pescado en una terraza que casi toca las olas. Imperdible.
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