Si estas planeando visitar la isla sin duda viene bien saber antes qué ver en Lanzarote en 4 días que suele ser la media de tiempo de visita para no perderte nada..
El lugar ideal para perdernos en un océano de calma, buen tiempo durante todo el año y paisajes de colores alucinantes. La isla más oriental y próxima al continente africano es por entero un momento natural a visitar al menos una vez en la vida.
Como bien sabrás, Lanzarote se encuentra en las Canarias, de manera que tu aventura vacacional comienza con unas horas de vuelo, cambio de hora y, nada más bajes del avión, encontrarte con una sociedad que, aunque sea española, es bastante diferente; y esto nos encanta. En sus casi 850 km² vas a dar con gente con tendencias culturales propias especialmente de Marruecos pero también de la zona saharawi. Eso sí, no te preocupes porque se mantiene un estilo de vida urbanita y vas a encontrarte como en casa.
Sea como sea, las islas Canarias son un lugar especial en sí mismas dentro de nuestro país por lo que, sin duda, vas a apreciar tu próximo viaje a Lanzarote.
¿Qué no hay que perderse en Lanzarote?
Ahora sí, teniendo claro que vas a disfrutar de tu próximo viaje a las Canarias, veamos, uno a uno, los que considero imperdibles de este lugar que, dicho sea de paso, es Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Parque Nacional de Timanfaya
Empezamos fuerte porque, sí, aunque sea una isla no demasiada grande, tiene un Parque Nacional, el cual es, de hecho, uno de los principales motivos por los que Lanzarote multiplica su población, especialmente en primavera y verano. ¿Por qué? No vas a ver lo que hay en otros parques porque este, de hecho, es volcánico, habiendo un total de 25 de estas montañas escupidoras de lava en sólo 51 km2.
Este lugar se formó como resultado de varias erupciones volcánicas hace ya tres siglos. Resulta un espacio muy bello porque, a pesar de quedar un paisaje desolado en el que el negro y el rojo son los colores dominantes, la rugosidad es el sello del sitio y se distinguen las siluetas volcánicas, la tierra no se ha mantenido estéril.
Con el transcurrir delos años, la vegetación ha vuelto a abrirse paso (muy poco a poco, eso sí), por lo que en la actualidad se disfruta de una escena con contraste bastante impresionante y que irá aumentando conforme pasen los años.
Si vas con poco tiempo y no vas a poder disfrutar de todo el espacio, no dudes en acercarte al Centro de visitantes, donde te ofrecen una exposición gratuita para que puedas descubrirlo todo. Igualmente, es el lugar al que acudir para saber qué hay exactamente y elegir con sabiduría hacia dónde ir.
Tienes un par de rutas a pie, uno por Tremesana que es guiado y otro por el litoral que puedes hacer por tu cuenta o, como el anterior, también con un guía, siempre realizando una reserva previa.
Además de ello, descubrirás lo que se conoce como el echadero de camellos y que sólo se puede visitar por las mañanas. ¡Adivina! Podrás montar en un, ojo, dromedario; curioso, ¿verdad? En la zona hay un museo donde podrás descubrir más sobre estos animales y su uso tradicional domesticados.
El plato fuerte son las Montañas de Fuego. El aquí donde podrás ver con tus propios ojos los estragos que la actividad volcánica causó en la naturaleza. Podrás tomar instantáneas espectaculares de un lugar agreste, con restos de lava basáltica que contrastan con la presencia de diferentes especies de líquenes, muchas de ellas endémicas.
Preguntas frecuentes sobre la visita al Timanfaya:
- ¿Qué ropa se aconseja llevar al Timanfaya?
Sabiendo lo que te vas a encontrar puedes imaginar que el mejor consejo es que vayas con ropa muy cómoda, de algodón a ser posible, zapato plano atado y una gorra, especialmente si lo visitas en verano. Indispensable llevar en la mochila, aquí y a todas partes, agua o una bebida mineralizada.
- ¿Cuál es el mejor día para visitar el Timanfaya?
Los días laborables el lugar está muchísimo más despejado, de manera que sería lo más recomendable si vas a estar más de un fin de semana en Lanzarote (totalmente aconsejable). No olvides, eso sí, consultar su horario porque difiere según la temporada; ¡no nos gustaría que llegases y te lo encontrases cerrado!
Si acudes en temporada alta, durante las horas de máxima afluencia es posible que tengas que esperar para poder hacer la visita. Por ello, si puedes cuadrarlo en tu jornada, te aconsejo que vayas en cuanto el parque abre. No sólo aprovecharás mejor el tiempo sino que disfrutarás del paisaje y las vistas con menos sol, lo que hace que el espacio tenga un color aún más especial, te canses menos y, además, puedas seguir disfrutando del resto de cosas que ver en Lanzarote, que son muchas.
La hora de la comida también es buena porque muchísima gente ya quiere haber abandonado el sitio para descansar o piensan en venir más tarde, tras descansar después de comer. Así, entre las 15.00 y las 16.30 horas podría ser un momento ideal; ¡come pronto y coge fuerzas!
- ¿Cuánto tiempo dura la visita al Timanfaya?
Para adentrarse en lo más profundo del parque es obligatorio el viaje en autobús, pues no puedes visitar esta zona por tu cuenta. Son 14 km de recorrido y estos se descubren en sólo media horita,
Por supuesto, si quieres disfrutar del resto de recursos que se ofrecen, que sería lo ideal, no tienes más que ir sumando tiempo. ¿Nuestro consejo? Echa medio día allí, con parada para comer incluida.
El parque tiene un grado de protección muy alto y por eso sólo es posible visitarlo de tres formas:
- Visitas en autobús. Salen desde el Islote Hilario. No hace falta reserva y salen cada poco tiempo. Aquí es donde se pueden ver los géiser a máxima potencia: Un guía vierte un cubo de agua sobre uno de los agujeros del suelo. El aire está tan caliente (nos dijeron que ronda los 400º) que el agua “estalla” y se evapora por lo que sale disparada hacia arriba en forma de vapor.
- Visita a pie por libre: Son gratuitas y no hay que hacer ninguna reserva. Lo malo es que sólo puedes andar por el perímetro pero seguro que merecen la pena. Sentir ese suelo caliente y salvaje bajo tus pies es una gozada.
- Visitas guiadas. Hay tres opciones la ruta a camello, la ruta guiada desde el sur y la ruta desde los Jameos del Agua,a nosotros nos hubiera gustado hacer esta última pero nos enteramos tarde.
Al finalizar la visita, se puede comer en el restaurante El Diablo diseñado por César Manrique.
Nosotros no lo hicimos porque no teníamos tiempo y también porque nos dio un poco de miedo el precio, pero desde luego tenía buena pinta.
Merece la pena al menos seguro acercarse y husmear un poco ya que tienen un horno excavado en la propia piedra volcánica y gracias al calor que emana el subsuelo se alcanzan temperaturas superiores a los 250º
Y es que no todo el mundo puede decir que ha comido plácidamente dentro de un tubo volcánico. Las vistas terminan de embellecerse con una piscina blanca (a la que no se puede acceder). Sin duda, un lugar mágico de Lanzarote que te instamos a ver por encima del resto.
Cueva de los Verdes
No te dejes engañar por el nombre porque la Cueva de los Verdes no lo es como tal. Esta es un camino que puedes recorrer a pie y que se corresponde con un tubo volcánico formado a partir de la erupción volcánica del Corona hace cinco milenios.
Tiene un diseño natural pero violento y fruto del magma, la velocidad, el humo y el transcurrir de todos estos siglos. Este, indudablemente, es único y digno de admirar, rezumando misterio y regalándote unas instantáneas de ensueño a lo largo de 7 kilómetros (es el túnel de lava de mayor longitud del planeta). Como curiosidad, por su construcción sirvió como lugar estratégico de protección frente a los ataques de piratas hasta mitad del siglo XX.
Su recorrido se hace en media hora y con un guía de manera obligatoria. Se realiza fácilmente andando de manera totalmente segura aunque tiene un pequeñísimo tramo de 5 metros en el que debemos agacharnos para poder avanzar. El horario de visita varía a lo largo del año y es de pago.
Cueva de los Jameos del Agua
Esta sí es una cueva perteneciente, de hecho, al tubo volcánico del que acabamos de hablar. La erosión no sólo creó una gruta principal sino que la tierra cuenta con aperturas, como si de afluentes se tratasen. Uno de ellos tiene una terminación abierta, a 5 km, que se corresponde con los Jameos del Agua.
Aquí vas a encontrar un fondo parecido a la gruta volcánica pero aún más bello. ¿Por qué? Se forma una cueva completa y el agua que se ha ido filtrando por las paredes culmina en una laguna en la que habita una especie única de cangrejo, de color blanco.
Conocer el pueblo pesquero de Punta Mujeres
Es un lugar pintoresco muy bonito y llamativo con casitas que parecen haber sido diseñadas por niños por los detallitos que incluyen y el contraste de estos con sus fachadas absolutamente blancas. Este color, junto al azul, son los que le dan la firma al lugar. Esta situado en Haría y apenas tiene un millar de habitantes.
El segundo punto por el cual este es visitado continuamente es porque cuenta con dos kilómetros de piscinas naturales que bañan su extensión, disponibles en cada barrio del municipio.
Otras cosa interesante que vas a encontrar es el propio Volcán de la Corona, donde se sitúa el pueblo. Que cuenta con un cono volcánico de 600 metros de altura que mantiene a la vista su lava originaria derrama hasta la costa. Este es el accidente que, de hecho, formó la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua, a sólo dos kilómetros.
El pueblo es ideal para tomar fotos navy y te encuentras con el Molino Salinero y con barcazas descansando en la calle, que también ofrecen imágenes muy chulas.
Casa de César Manrique en Haría
También en el municipio de Haría tienes la casa-museo del famoso arquitecto y pintor lanzaroteño César Manrique. Si quieres aprovechar tu viaje para algo más que ver naturaleza y te gusta la pintura o el arte en general, disfruta de este lugar.
Se trata del lugar en el que vivió. Allí vas a encontrar un hogar cotidiano de estilo moderno al que se le suma una piscina enorme y, como no podía ser de otra manera, un taller en el que el artista daba forma a sus ideas. Aún se encuentran allí algunas de sus obras inacabadas, y esto es lo más impactante de ver, pues estas tenían fecha y lugar de presentación pero no pudieron culminarse porque Manrique fue víctima mortal de un accidente totalmente inesperado y muy trágico.
Jardín de cactus
El cactus es una planta presente en las islas. Sin embargo si no lo buscas puede que ni lo encuentres. Por eso y por lo bonito e interesante del sitio te propongo que, directamente, acudas al jardín del cactus, donde, entre otras cosas, hay más de cuatro mil ejemplares que se han traído de todas partes del planeta.
Este se ubica sobre una cantera de áridos, de manera que ver algo de verde sobre una superficie agreste ya crea un poco de contraste interesante de ver. Además, en el lugar hay otras especies vegetales y se ha diseñado con bastante armonía, incluyendo pequeñas zonas de agua con peces delimitadas por piedras, estructuras rocosas, un molino y paseos y gradas picadas en la propia cantera.
Este se encuentra en Guatiza, debes pagar una pequeña entrada y considerar su horario, pues cierra prontito (asegúrate de la hora exacta según la época del año en la que vayas). Lo que sí encuentras es una cafetería por lo que puedes aprovechar e ir pensando en comer allí y, de paso, y lo contamos como curiosidad más que como consejo, pedir una hamburguesa de cactus; no estará demasiado buena pero es ideal para hacerse una foto divertida.
La Graciosa
Es una pequeña isla de 28 metros cuadrados muy poco habitada que se separa de Lanzarote por una fina línea de mar. Esto supone que se mantenga muy íntegra (no tiene zonas asfaltadas siquiera) y sus playas son un paraíso.
¿Cómo llegar a la isla de La Graciosa desde Lanzarote? Muy sencillo. llegas a ella desde Puerto de Órzola, al norte. Aquí tendrás que coger un ferry que puedes reservar entradas aquí, y hacer un viaje de 20 minutos. Tienes excursiones muy recomendables.
Caleta de Sebo es el pueblo donde te bajas y en él viven 700 personas encantadas de recibir visitas de vez en cuando y recrearse hablando de La Graciosa. Vas a ver colegios, viviendas encaladas, restaurantes, apartamentos turísticos y un colegio; nada más, como decimos, el lugar se mantiene casi intacto.
Destacan el poder alquilar un jeep para moverte con total libertad, la playa de la Francesa, la de Las Conchas, playa Lambra, desde la que puedes ver la pequeñísima isla Alegranza, el recorrido en catamarán, su sencilla ruta senderística en la montaña del Mojón o el poder hacer algo de trekking en montaña Bermeja.
Por supuesto, si quieres seguir deleitándote con los paisajes agrestes y conseguir instantáneas preciosas, tienes el Mirador Baja de las Majapalomas, un lugar desde el cual podrás apreciar el túnel volcánico de la isla y otras formaciones rocosas.
En efecto, es un lugar donde no hacer prácticamente nada, pensado para recomendar a amantes de la playa, pues es lo que vas a encontrar a lo largo y ancho del islote. Por supuesto, la experiencia de moverte por caminos de arena o tierra y, en general, en un lugar virgen, seguro que también es del agrado de muchos. Una buena idea, para vivir más al límite es acampar allí, algo que antes se hacía mucho más pero que se sigue viendo.
Mirador del río
Te resultará curioso saber que para acceder a este mirador situado en el Farama debes entrar a un bar que Manrique reformó recreando una cueva para dotar de realismo la experiencia. Desde este subes directamente a un espacio que te permite obtener unas vistas preciosas de acantilados, la isla la Graciosa y la franja de mar azul y turquesa que nos separa de esta.
Entrar tiene un pequeño coste. Este te lo puedes ahorrar si quieres obtener vistas parecidas pero perderte el bar-cueva. Y es que hay otro mirador en la misma carretera que no tiene coste alguno.
La Geria
Este lugar recibe este nombre debido a que en su superficie hay metros y metros cuadrados de estos hoyos. En este caso se han excavado en grava volcánica y se han rodeado de rocas. ¿Para qué? Dentro, bien resguardadas, hay vides de las que se extrae la uva con la que se hace el famoso vino seco de Lanzarote.
Como imaginarás, la estampa visual es bella y original, de manera que si te encanta hacer fotos diferentes, tienes que ir. Además, tienes varias bodegas donde poder adquirir un recuerdo más que preciado, incluyendo posibles catas para elegir el mejor vino de la zona y una charlita sobre la historia de lo original de las excavaciones, de la propia bodega (y lo que cada vinicultor quiera contarte).
Grieta de Montaña Blanca
En función del tiempo que pases en Lanzarote, puede gustarte mucho acercarte a este lugar. Y lo decimos porque no tiene mucha historia una vez vienes pero la experiencia, aunque breve, es chula y diferente.
Tienes que echar camino de San Bartolomé a Tías (o al revés). A mitad de camino hay una ladera que debes atravesar andando y de ahí llegas a un lugar con varias estrechas grietas formadas por la lava de una erupción por las que puedes andar un poco y sentirte verdaderamente pequeño al compararte con las paredes verticales que tan cerca están de ti. ¡Ojo a los que no les gusta mucho sentirse encerrado (aunque es sólo un momentito)!
El Golfo
Al igual que Punta Mujeres, El Golfo es y, sobre todo, era, otro pueblo pesquero. Este es especialmente conocido en la isla y el predilecto para visitar si no viajas demasiados días.
Se encuentra en Yaiza, en la zona sur de la isla, en las lindes del Parque de Los Volcanes, lo habitan únicamente doscientas personas y es lugar estrella para el rodaje de películas, especialmente españolas, contando con muchos rincones chulísimos, algo a tener en cuenta considerando su pequeña extensión.
Por supuesto, en sus bares encuentras pescado de buenísima calidad, traído de su propia playa o de pocos metros a interior del mar de la zona. La mejor manera de disfrutarlo es, desde luego, acompañándolo de un buen vino y de preciosas vistas al mar, algo muy común en casi todos sus restaurantes.
Para los deportistas, saber que durante el mes de octubre, con fecha cambiante cada año, se realiza una carrera con una extensión de 10.5 kilómetros en la que se recorren caminos de destacada belleza e incluso se pisa sobre lava prensada.
Este destino se puede visitar como parte de una excursión con la que recorrerás buena parte del sur de Lanzarote, pasando también por La Geria y la Ruta de los Volcanes.
Charco de los Clicos, un lugar curioso que ver en Lanzarote en 4 días.
En El Golfo, a poquitos minutos andando, se encuentra este curioso espacio que, ya que vas a ver la ciudad, te recomendamos que no te pierdas. Como curiosidad, también puedes preguntar por él como Charco verde, nombre que se le ha dado por la cantidad de algas que lo habitan. Recordamos que no te pueden bañar en estas aguas.
Pertenece al Parque Natural de los Volcanes y realmente es parte de un cráter volcánico que se abre hasta el mar. Una de las zonas tiene filtraciones y se ha llegado a formar una pequeña masa de agua, que es a la que llamamos el charco; sin embargo, toda la zona es digna de visita. Una pena decir que hace décadas vivían allí clicos, que son una especie de marisco pero al tratar de integrar tortugas estos se extinguieron.
La mayoría de imágenes que encuentres serán de uno de los lados, que tiene la caprichosa forma de media luna. Aun así, los propios dibujos de la erosión y la mezcla de colores verde, rojizo, marrón y casi negro hacen que cualquier foto que hagas allí sea espectacular; ¡tira de inventiva y deléitanos con una estampa diferente del lugar!
Los Hervideros
A las afueras del pueblo se sitúan también Los Hervideros. Más de lo mismo; si te arrimas a El Golfo, no te pierdas este espectáculo geográfico.
Son cuevas, microgolfos y otras formaciones rocosas situadas bajo acantilados a las que el mar entra chocando con bastante fuerza. Estos están muy erosionados primero por el magma llegado al mar y, durante siglos, por el bravo abrazo de las espumosas olas. Tanto es así que el agua rellena los orificios de la piedra creando una imagen preciosa y original.
Es una bonita estampa pero no sólo hablamos de un recurso fotográfico. Lo mejor, sin duda, es sentarse a disfrutar de la brisa fresca del lugar al tiempo que escuchamos el oleaje romper en la coste y el agradable aroma del mar. Y para los atrevidos, con el mayor cuidado, podéis acercaros por los caminos para moveros entre las oquedades de los acantilados.
Salinas de Janubio
Cerca de los dos puntos anteriores están también estas salinas protegidas que, por los reflejos que se consiguen crear con el sol bajo, te animo a que veas con el atardecer. Saber que, además de estar ante una imagen preciosa, tendrás ante ti un lugar reconocido mundialmente, pues su sal se destaca como de las mejores.
Hay una visita guiada de hora y media en la que se te descubre cómo se elabora la sal y que te permite comprar este condimento tan delicioso. Por supuesto, vas a tener vistas perfectas de ellas sin tener que adentrarte ni hacer la visita, tienes de hecho, el Mirador de las Salinas para ello.
Si vas andando un poco podrás bajar hasta la playa de Janubio, que también pertenece a las salinas. Esta no es de arena sino de guijarros, como muchos otros elementos de la isla, de color negro, pues tienen también origen volcánico.
Punta del Papagayo
Es una zona popular de la isla porque, a diferencia de otras playas, en varias de las que se encuentran en esta zona sí damos con fina arena y no con tierra volcánica. Y es que lo original de Lanzarote está muy bien pero puedes que en algún momento echemos de menos las costas arenosas, especialmente si vamos con niños.
En Punta del Papagayo vas a ver algunas de las mejores playas de la isla, sí, pero también con varias caletas, incluido un caletón, que te aconsejamos no perderte. Como consejo, si quieres evitar la masificación, escoge una de las zonas más alejadas del aparcamiento, pues la gente suele quedarse cerquita. Hay que tener en cuenta que no es un sitio pequeño, puedes recorrer las playas andando de una a otra pero ten sabido que vas a echar bastantes horas aquí.
Su acceso convencional se realiza desde el Parque Natural de los Ajaches pagando una pequeña entrada por coche. Tienes que recorrer un camino sin asfaltar y cuentas con zona de aparcamiento así como con un restaurante sencillo.
Pero la guinda es que puedes llegar a su playa homónima en una excursión desde playa Blanca (otra de las consideradas entre las mejores). Lo harás disfrutando de preciosas vistas por todo el litoral sur montado en un barco que tiene el fondo de cristal. Dicho espacio, por cierto, es ideal si te sale un día ventoso porque es una playa rodeada de rocas que te van a aislar de las corrientes de aire.
Es indispensable acercarse a esta, al meridiano, porque resulta de las más famosas de todo el país. A diferencia de muchas otras de la isla, se recomienda para practicar deportes como snorkel o el paseo en kayak. También puedes montar en catamarán para ver el resto de playa e intentar ver especies animales acuáticas (especialmente si no has llegado aquí en barco sino en coche) o en velero. Por último, no podemos olvidar que se trata de una de las playas más ricas en cuanto a flora y fauna.
Caleta de Famara
Su playa resulta visualmente espectacular, no porque parezca del Caribe si no por la combinación de una puesta de sol de las más destacables de la isla, arena pálida, fondo montañoso y un buen rollo que rezuma en sus seis kilómetros de extensión.
Es una de las mejores zonas para practicar deportes acuáticos (te habrás dado cuenta de que no hemos hablado aún de ello), especialmente surf, pues es lo suficientemente ventosa. Ello se debe, en parte, a que se encuentra bajo el acantilado de un risco.
Antes o después de pasar el día en la playa arrímate al pueblo homónimo. Es algo bohemio, muy auténtico e increíblemente económico en relación al resto de lugares que te puedes encontrar en la isla.
Surfistas de todo el mundo se siente atraídos por esta playa y sus arrecifes, por algo será. Una franja de arena de 5km en la que disfrutar sin nadie alrededor.
El pueblo es pequeño y con preciosas casas blancas pero está repletos de coloridos cafés con la típica temática surf y algún que otro modesto hostal.
Casa Museo del Campesino
También de Manrique es esta construcción dedicada a los campesinos y su trabajo manteniendo las tradiciones tanto como era posible en un marco de avance generalizado de las ciudades y de apertura al turismo. Además, encuentras también una escultura dedicada a los estos trabajadores justo antes de entrar.
En este lugar se realizan actualmente diversas actividades, incluidas, por supuesto, aquellas relacionadas con la agricultura tradicional, pero también gastronómicas y de artesanía.
Anexos a la casa e incluidos después hay restaurante y tiendas; el acceso a todo ello es totalmente gratuito por lo que puede ser un buen lugar donde hacer una paradita a tomar algo para dar algún beneficio.
Arrecife
Arrecife es la capital de Lanzarote. Se trata de una ciudad pequeña pero bastante animada y con un aura sano y motivador que se aleja un pelín de lo que la isla te propone (que es naturaleza pura) sin meterte, tampoco, en un ambiente festivo ni mucho menos.
Es de obligado paso debido, en parte, a que vas a aterrizar muy cerquita de allí y, aunque es cierto que desde el aeropuerto puedes desplazarte a otros lugares de la isla, tener la capital tan cerca y no visitarla sería extraño, ¿verdad?
Como en cualquier otra capital, en Arrecife vas a encontrar muchas cosas para ver y también para hacer, y de muy diversa índole, tanto si vas con compañeros de clase como con amigos, pareja o familia al completo.
Es el lugar de la isla donde vas a poder impregnarte de su historia y comenzar a empaparte de la cultura del lugar, que, como he dicho al comenzar el texto, es algo diferente a quienes habitamos la Península. Pata este punto, la recomendación mínima es la del paseo de los tres castillos, de San Gabriel (actualmente es la sede del museo de Historia de Arrecife), de San José (albergando el Museo Internacional de Arte Contemporáneo) y de San Ginés (del siglo XIV).
En ellos se encuentran zonas rehabilitadas, otras mantenidas de origen tanto como es posible, algunas que se utilizan para montar exposiciones temporales, etc. También puedes contratar guías que te cuenten un poquito sobre los usos de estas construcciones con el transcurrir de los siglos, qué personalidades estuvieron en ellos…
Aunque no sea realmente espectacular, si vas a visitar el castillo de San Ginés, pasarás por el Puente de las Bolas. Me gusta porque tiene un aire oscuro y aparenta ser mucho más antiguo de lo que en realidad es. Sin embargo, no es nada del otro mundo; su función era la de unir la villa con el castillo y así sigue siendo a día de hoy,
Seguro que tienes curiosidad por ver un puerto natural. Arrecife tiene uno, el Charco de San Ginés, que en su momento fue el principal punto de embarque y desembarque e intercambio pesquero de toda la isla, siendo el lugar donde se comerciaba con las colonias americanas. De hecho, esto fue lo que hizo que, poco a poco y por conveniencia, los lugareños se asentasen cada vez más cerca hasta convertir la zona en la capital. Aquí vas a descubrir lo que los los jotaleros, unos pequeños barcos de hojalata que los pescaderos empezaron a diseñar debido a la enorme necesidad que se dio en un momento determinado; hoy día se utilizan en las Fiestas de San Ginés, en las que se hacen regatas. Alrededor de la zona hay muchas terrazas en las que puedes tomar algo y ver decenas de barquitas.
Este sirve del punto de entrada el barrio de la Puntilla, que es el más antiguo de la ciudad y en el que se encuentra la parroquia del santo homónimo. Es un templo del siglo XVIII de considerable importancia. Es, además, curioso de ver, porque está hecho en la ya más que conocida piedra volcánica que es protagonista de la isla. En esta zona busca El Agaresío, un pequeñísimo espacio lleno de encanto con casa bajas antiguas rodeadas de árboles y pajarillos.
Si te gustan las galerías, acude sí o sí a la Casa Amarilla. Destacó en su momento por su color, que contrasta con el resto de edificaciones de la zona. Si bien, esto sirvió para que fuese un punto fácilmente localizable y aquí mostrar todo tipo de exposiciones.
Otra casa que puedes visitar es la de los Arroyo. Este lugar terminó en manos de la familia de este apellido tras haberla construido un coronel de prestigio y reconocimiento en Lanzarote. Tiene una arquitectura doméstica pero que gusta mucho y, por lo que te la recomendamos, es monumento histórico-artístico.
También hay una zona comercial donde podrás comprar todo tipo de cosas, desde souvenirs hasta ropa que puedas echar de menos. Aprovecha y adéntrate, ya de paso, en la Calle Real. Venido al caso, debes saber que los miércoles hay mercadillo donde, además de muchas otras cosas, encontrarás productos de la tierra como artesanía, aloe vera o vino. Muy cerca, el Quiosco de la Música te deleita con algo de folklore para amenizar las compras.
Aunque sus playas no son destacadas si las comparamos con las del resto de la isla, es cierto que, adentrándote en ellas y sabiendo bucear, puedes dar con un gran arrecife que protege, en particular, la playa del Reducto.
Teguise
Teguise es el asentamiento más antiguo de Canarias, y gracias a su posición elevada sobre la isla, fue la capital de Lanzarote durante 450 años muy entretenido de ver en alguno de los free tour. De hecho, es considerada por la mayoría como el pueblo más bonito de la isla. Este tipo de urbes ya no se encuentran en cualquier parte y disfrutar de su arquitectura, su pequeño tamaño y su composición en general es algo más que agradable, pues tiene una esencia propia.
Hasta hace poco menos de dos siglos era la capital y en la actualidad se ha declarado conjunto histórico-artístico, de manera que ya sabes qué puedes encontrar aquí.
Además de calles bastante pintorescas que nos pueden recordar a algunas zonas andaluzas, el lugar cuenta con cantidad de elementos arquitectónicos e históricos de interés. Tienes la plaza de la Constitución, la Iglesia de San Francisco, el convento de Santo Domingo o el palacio Ico del siglo XVII que ahora se puede visitar como hotel-boutique.
Además de estos, que son los elementos más típicos que encontramos en las ciudades, Teguise cuenta con un mercadillo con mayúsculas, tiendas de artesanía, el castillo de Santa Bárbara, convertido en el Museo de la Piratería o, el archivo histórico del pueblo o la Casa del Timple (también llamada palacio Spinola).
Mención a parte merece la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, lugar de guarda de los tesoros que se conseguían. Data del siglo XV pero se tuvo que derruir y reconstruir. Es el punto de partida de la villa, de las más bellas de las siete islas y desde el 1979 es un Bien de Interés Cultural.
Cueva de Lagomar; espacios y arquitectura
La tienes muy cerquita de Teguise de manera que sería una mala idea no acercarte cuando te vayas de viaje a Lanzarote porque Teguise es lugar de parada sí o sí.
De nuevo se juega con la palabra cueva en la isla, pues el lugar es una casa (construida en una cantera de roca volcánica, eso sí) en la que encuentras un museo y una galería de arte y cuya construcción de destacada belleza arquitectónica le corresponde al ya mencionado Manrique y a Jesús Soto.
Esta es una chulada, tanto que el actor Omar Shariff la frecuentaba. Es digna de echarle un vistazo, haciendo especial hincapié en su bar, el cual tiene terraza con piscina, en su jardín con lago, en sus túneles y, dentro de la casa sí, sus pequeñas cuevas.
Museo Atlántico
Es el primer museo de esculturas subacuáticas de Europa. Si como lo lees, un museo en pleno mar!. Tiene varias iguras de cemento y esculturas del artista Jason deCaires Taylor que poco a poco están siendo colonizadas por la vida marina.
Además de otras cosas que ver en Lanzarote, la isla es famosa por las actividades como el buceo. Deslizarse entre esculturas que invitan a la reflexión a 12 metros de profundidad es una experiencia completamente diferente. Busca la Balsa de la Lampedusa, que muestra la triste realidad de los arriesgan sus vidas en el mar en busca de un destino más próspero.
¿Qué es lo más bonito de Lanzarote?
Una pregunta muy difícil para amantes del turismo y, especialmente, de los espacios naturales como lo es esta isla en su práctica totalidad.
Por la zona en sí, que tiene otros recursos igualmente bellos, y por ser totalmente gratuita, daría mi voto a la playa del Papagayo y a Los Ajaches en general.
Ya hemos ido viendo que la isla cuenta con accidentes geográficos espectaculares y capricosos en muchos casos. Sin embargo, y aunque playas hay en muchos otros lugares, tanto ene l resto de islas como en la Península Ibérica, la playa del Papagayo es, a todas luces, no sólo la más bonita de la isla como playa sino de lo más bello en general.
De cristalinas agua poco movida, fina arena y con dos kilómetros de longitud en los que se encuentran varias calas, también de renombre, es uno de los espacios más deseados para un día de playa de esos en los que se quiere descansar un poco más. Tiene vistas espectaculares, de otras playas, de hecho, espacios para que los pequeños paseen y jueguen y también facilidades para practicar deportes acuáticos e incluso pescar.
Se encuentra al lado de Playa Blanca, donde te puedes hospedar, estando a cinco minutos, literalmente, de este pequeño paraíso. Pero si te vas a quedar en otro lugar, puedes acercarte a ella en catamarán en un viaje ya sea sólo de ida o incluyendo vuelta.
Pero, como digo, todo el complejo de Los Ajaches es bello a lo alto, ancho y profundo, incluyendo las diferentes playas, como la del Pozo o Mujeres, que se encuentran en el macizo volcánico, así como otros recursos como vegetación, poca pero única del lugar y, en algunos casos, bastante curiosa.
Las mejores playas con poco viento en Lanzarote
Y hablando de playas, puede que te interese este punto en particular en el que te voy a descubrir cuáles son las playas con poco viento de Lanzarote. Puede salir un mal día, ir con niños o, simplemente, desear paz extrema; todo lo anterior es válido como motivo para desear pasar las horas en lugares sin viento donde podamos relajarnos.
Ya hemos adelantado que, además de ser la más bonita del lugar, playa del Papagayo es también lugar a cubierto por su geografía, con lo que se convierte en una de las favoritas para los turistas que no buscan practicar deportes en los que el viento o el oleaje sean necesarios.
Pero esta no es la única, ni mucho menos. Una isla repleta de playas tiene muchos más rincones en los que no pasarás frío ni te entrará arena en el bocadillo. Prueba en playa Quemada, en Yaiza. Es de arena dorada, callos, escarpados y roca. Por ello, aunque encuentres un lugar cómodo donde tumbarte, es importante que tengas calzado adecuado para atravesarla y alcanzar la orilla.
Tiene un clima excelente y las aguas están llenas de vida, por lo que te digo que, sí o sí, merece la pena, especialmente si tienes niños amantes de la fauna acuática o sí tú mismo deseas practicar snorkel.
La última opción que te doy (y no porque no haya más playas sin viento sino porque quiero darte recomendaciones especialmente útiles) es playa Grande. Se encuentra desplazándote hacia el norte desde Punta Calero, en una posición tan buena como Papagayo, por lo que es otra apuesta fuerte para ir con niños. Tiene un agua muy calmada y, además de lo básico, puedes encontrar algunas zonas lúdicas y de recreo muy cerca.
¿Cuál es el pueblo más bonito de Lanzarote?
Habiendo podido visitar la isla al completo y no sólo sus zonas más conocidas puedo decir que sí, el pueblo más bonito es un básico del turismo lanzaroteño, Teguise, del que ya hemos hablado.
No está repleto de monumentos y edificaciones repletos de historia de esos que te llevan horas y horas conocer; son sus calles en sí misma, su encanto y parte de su historia más folklórica lo que hacen de este lugar un pequeño espacio lleno de esa belleza que se ve en lugares con influencias árabes, como también ocurre en algunas zonas de Andalucía.
Casas blancas y bajas, decoraciones en arcilla, vidrios de color, madera, caña, arcos sencillos y ladrillos visualmente muy bien colocados dotan al lugar de algo que nos llega a las entrañas, especialmente a quienes hemos vivido en lugares así en la infancia.
Hemos visto de la zona puntos como la Iglesia de San Francisco, la plaza de la Constitución, el convento de Santo Domingo o la casa del Timple. Estos son los lugares más recomendados pero si quieres ver cosas bellas y puedes permitirte pasar algo más de tiempo en este pueblecito, tengo unas propuestas extra para ti.
La Casa de Herrera y Rojas, es en realidad un edificio del siglo XVIII. El barrio Veracruz, con un templo donde vemos la figura del Cristo de la Veracruz, tallada en el mismo siglo y cuyo destino era México, pero que una campesina decidió llevarse a Teguise. El propio casco, que es pequeñito, conserva muy bien los elementos arquitectónicos, los cuales, por ciertos, son lo que definen Lanzarote; destacamos para pasear el callejón de la Sangre o la calle de los Árboles.
¿Dónde se pueden ver delfines en Lanzarote?
Aunque ya te hemos hablado de una buena forma de hacerlo, montando en el barco con bajos de vidrio transparente que sale de playa Blanca a playa de los Papagayos, lo cierto es que hay otras maneras en las que conseguirlo es prácticamente seguro.
Los animales, especialmente los más grandes, pueden alejarse de un barco grande y, por ello, no siempre podrás ver un delfín en el contexto que te estamos comentando. Por este motivo y sabiendo que son animales que gustan, y mucho, se realizan excursiones específicas en las que nos metemos mar adentro en embarcaciones mucho más pequeñas. Además, estas se realizan en zonas donde es común que tanto delfines como ballenas se avisten fácilmente. Tienes diferentes opciones para poder ver delfines en Lanzarote.
Una de ellas es ir de excursión expresa para verlos, donde lo único que se hace es meterse al mar y, escuchando al guía contar cosas sobre la zona y estos animales, esperar que salgan a saltar.
Otra es navegar hasta la isla de Lobos, que es un parque natural que requiere de permiso para entrar (no te lo hemos propuesto porque si no vas haciendo esa excursión en particular o demandas dicho documento con antelación, no puedes adentrarte). Dura medio día y durante este tiempo lo cierto es que, además de delfines, te vas a llevar una cantidad importante de fotografías de una buena parte de la costa de la isla. Se intenta seguir el rastro de los delfines para que la probabilidad de verlos sea altísima y se van descubriendo cosas sobre otras especies avistadas. Sales desde Punta del Carmen.
La última es esperar al atardecer para, además de avistar tanto delfines como ballenas, disfrutes, también, de la caída del sol, que ofrece una experiencia increíble vislumbrando el atardecer en barco.
¿Dónde mirar las estrellas en Lanzarote?
En efecto, una isla repleta de edificaciones bajas y con un bajo nivel de contaminación hace que ver las estrellas sea algo bastante sencillo. De hecho, en muchas ocasiones no tienes más que mirar hacia arriba para lograrlo. Pero, claro, seguramente preferirás hacerlo de una manera más cómoda, serena y especial.
La respuesta a esta petición es Peña del Chache, un mirador astronómico, es decir, específico para contemplar el firmamento. Se encuentra en el pico más alto de la isla, en la ya mencionada Haría, a 670 metros sobre el nivel del mar. Puedes llegar al mirador en una ruta sencilla con tu propio vehículo y allí mismo puedes aparcar.
Mires donde mires vas a ver un cielo precioso pero lo ideal es que avistes hacia el sur, donde las noches sin luna hacen protagonistas a las estrellas que componen Escorpión y Sagitario, fácilmente reconocibles. Si, además, usas prismáticos, vas a poder deleitarte con cantidad de campos de estrellas.
¿Qué es más bonito Lanzarote o Fuerteventura?
Si quieres salir de fiesta, mejor contempla el ir a las Baleares o, como poco, a la capital Canaria. Ni Fuenteventura ni mucho menos Lanzarote son islas pensadas para ello.
Lanzarote es una isla de paisajes naturales, contando con buenas playas, pero no dejando de ser estas lugares de esparcimiento de belleza moderada (a excepción de las preciosas playas que hemos destacado). La isla es mucho más interesante para presenciar el colapso volcánico sucedido siglos y siglos atrás. Ojo porque Fuenteventra también es muy bella en este aspecto, pero no tanto.
Si nos ceñimos únicamente a las playas sí es esta última la que se lleva la medalla. Sus espacios son muy variados, lo que hace que no haya dos días de playa parecidos durante tus vacaciones. El posible pero que tienen algunas de ellas es que pueden ser algo ventosas.
De lo anterior se deduce que también Fuenteventura lleva la delantera en cuanto a deportes de costa, especialmente surf, kitsurf, parapente…
Si tus viajes consisten en ver y hacer cosas, Lanzarote es más completa al respecto. Está todo lo relacionado al artista Manrique, tienes miradores, senderismo, un parque nacional, paisajes únicos y muy originales, pueblitos con varios recursos históricos…
Si vas con peques también te aconsejamos esta isla pues sus playas son más pequeñas y recogidas, hay más cosas para ver (recordemos que los peques se aburren rápido) y, en general, la isla no es tan grande (Fuenteventura se puede hacer pesado si quieres recorrértelo entero).
Eso sí, si ya sabes que los pequeños son muy comodones o simplemente eres tú quien quiere ir en modo relax y disfrutar de unas vacaciones tipo resort, Fuenteventura es más adecuado por los servicios, cantidad y calidad de sus lugares de hospedaje, los servicios cercanos y por tener algunas actividades más de índole urbano que Lanzarote.
¿Cuál es el mejor mes para ir a Lanzarote?
El clima no es condicionante para visitar las Canarias. De todos es sabido que estas se mantienen en una temperatura ideal, sin grandes oscilaciones, durante todo el año. Sin embargo hay otros motivos que sí que pueden determinar tu elección sobre cuándo ir a Lanzarote.
Diríamos que lo ideal es acudir antes y después del verano, es decir, de abril a junio o ya esperar hasta septiembre y, en todo caso, octubre. Hay muchas horas de luz, el tiempo sigue siendo bueno para ir a la playa y no agotarse durante las excursiones y, si vas en lo que se considera temporada baja, los precios son bastante más ajustados.
Por otro lado tenemos el colapso del lugar. Por lo general, si acudes en temporada alta (verano y también de noviembre a marzo) tendrás que reservar muchas excursiones, entradas e incluso comidas en restaurantes. En un principio, esquivar los meses de julio y agosto debería hacer que esto no fuese necesario, pues hay una menor afluencia de gente. Si bien, como esto es algo ya sabido por todos, es posible que, igualmente, haya muchos turistas en ciertos lugares y no puedas evitar las esperas para acudir a ciertos lugares.
Si tuviésemos que elegir, de los meses de temporada baja quizás lo más inteligente es quedarse con septiembre, pues aún queda pegado al veranito pero el viento es cuando menos azota; olvida esto si quieres disfrutar del oleaje, claro.
¿Cuántos días hay que ir a Lanzarote y porqué?
Si vas a visitar la isla, indudablemente debes hacerlo a lo grande. Si no hay nada que te lo impida, intenta no perderte nada, pues no es precisamente un lugar al que vayas a poder ir una semana después si te has dejado algo pendiente.
Ciertamente para disfrutar al cien por cien de lo que Lanzarote ofrece es recomendable pasar una semana, aunque no todo el mundo puede o quiere hacerlo. Sea como sea, es lo que necesitas para descubrir todos los encantos de lugar y poder moverte norte, sur, este y oeste sin prisa, sin cansarte, sin dejarte nada en el tintero y, lo mejor de todo, disfrutando.
Tras saber todo lo conocido y turístico que puedes ver allí eres tú quien determinar el tiempo que necesitas en función de lo que quieras o no quieras ver; nadie te obliga a hacer todas las paradas ni ir de excursión en excursión. Si bien, es cierto que para empaparte de todo lo que vas a ver y aprender, prestarle atención y disfrutarlo, no puedes ir deprisa y corriendo.
Piensa que vas a recorrer muchísimos kilómetros y que varias de las cosas que vas a hacer en Lanzarote requieren de cierto tiempo y que, desgraciadamente, en algunos lugares puede que te toque incluso esperar si hay demasiada gente.
La playa invita a relajarse, tomarse las cosas con calma y no hacer nada, o casi, y en Lanzarote hay varias que son muy destacables; seguro que en mitad de tu viaje necesitas un día para recargar pilas y las preciosas costas te llamarán a tumbarte bajo el sol.
También hay que decir que en cuatro o cinco días, según te lo montes, vas a poder ver y hacer la inmensa mayoría de cosas que gusta a la gente, lo que consideramos imprescindible. También va a ser una escapada que merezca la pena, pues te centrarás en lo más único de la isla y esos recuerdos dejan huella. Eso sí, seguramente no puedas dejar un día entero para pasarlo en la playa o en una calita ni tampoco profundizar en la historia o los detalles más escondidos de ciertos lugares.
Sea como sea, Lanzarote es una isla imprescindible para el viajero y, la visites durante tres o siete días, vas a ver muchas cosas y llevarte una experiencia irrepetible.
- Para ver más actividades en Lanzarote tienes un montón en esta web.
- Si necesitas mirar Reserva de alojamiento nosotros solemos usar este portal. (compara y verás)
- Para mirar los mejores precios en vuelos aquí.
- Conseguir un traslado aquí.
- Seguro de viaje (Recomendable para ciertos destinos) te recomiendo este.