Segovia es una de las «grandes tapadas» entre las ciudades y pueblos que pueden visitarse en un viaje de un día.
A la sombra de las mucho más turísticas Ávila y sobre todo, Toledo, hay mucho que ver en Segovia además del famoso acueducto.
Un castillo que nos recordará a las películas de Walt Disney, comer como unos marqueses, pasear por una de las juderías más grandes de España o visitar la última catedral gótica del país son algunas de las cosas que podemos ver y hacer en esta magnífica ciudad.
La ciudad, pese a ser tener en el acueducto un importante foco en el turismo, aún está alejada de los típicos circuitos turísticos por lo que se puede visitar cualquier día del año sin temor a encontrarse grandes masas de gente.
¿Qué hacer en Segovia? lo más recomendado y alguna cosa más.
Segovia en un día: Visita guiada al acueducto.
Siempre que alguien nos preguntar qué ver en Segovia decimos lo mismo (tampoco es que seamos muy originales…):
La mejor forma de empezar con nuestra visita es dirigirse directamente al acueducto de Segovia ya que hace “de puerta” para el resto de la ciudad. Podemos simplemente admirar la magnificiencia de este edificio Patrimonio de la Humanidad.
La estructura que data del Siglo II d.C. (edificada en los tiempos del emperador nacido en Itálica, Trajano) es impresionante por sí sola, pero si además nos animamos a contratar una visita guiada en uno de los muchos puntos cercanos podremos sacarle todo el jugo a nuestra visita.
Nos contarán con todo lujo de detalles cómo y por qué se construyó esta maravilla arquitectónica y curiosidades y anécdotas que han surgido al abrigo de esta impresionante mole de piedra granítica.
Fue construido por los romanos hace más de 2.000 años para llevar agua desde el río Acebeda hasta la ciudad a lo largo de 16 kilómetros. De hecho, siguió proporcionando agua a la ciudad hasta mediados del siglo XIX. Es por méritos propios, el emblema de la ciudad y la ha dado a conocer por todo el mundo, tanto que incluso es el motivo principal del escudo de la ciudad.
Sea como sea, lo que os recomendamos encarecidamente es que no os quedéis sólo con la primera parte que véis del acueducto. Si lo seguís subiendo por la empinada calle, durante unos centenares de metros podréis ver cómo poco a poco su altura se va acercando al nivel del suelo hasta llegar a ras en su principio.
Merece la pena recorrerlo hasta el final.
Desde el acueducto parte la calle Juan Bravo que nos lleva a la Plaza Mayor, camino de la catedral. Esta calle es una maravilla. Según vas ascendiendo por la cuesta, nos encontramos con edificios como la Casa de los Picos. Se trata de un palacete del siglo XVI muy representativo de la ciudad que ahora alberga a la escuela de arte superior y diseño. En el interior suele haber diferentes exposiciones de los alumnos.
La Catedral de Segovia.
Aunque la catedral no está entre las más famosas de Castilla ya que queda sepultada por la fama de las de Burgos y León, sigue mereciendo la pena una visita.
Además, al estar ubicada en la plaza mayor se encuentra en medio de los dos monumentos más importantes a visitar en la ciudad (Alcázar y Acueducto) por lo que sin duda pasaremos en algún momento por delante a lo largo de nuestro recorrido.
Se trata de la última catedral gótica construida en España, por lo que este estilo es muy acentuado.
Su construcción llevó casi 200 años y casi lo más interesante además de la imponente torre son las tres portadas que tiene: Puerta del Perdón, Puerta de San Geroteo y las Puertas de San Frutos.
El Alcázar de Segovia.
¿Recordáis el típico castillo de la Cenicienta?. Pues aquí tenéis uno de los edificios que lo inspiraron. Nos presenta dos caras bien diferenciadas.
Una, más adusta y “seria” desde su entrada principal. No olvidemos que es un Alcázar, un edificio preparado para albergar militares y defender la ciudad.
Sin embargo, ha tenido multitud de usos durante sus varios siglos de historia: desde ser prisión a universidad hasta ser testigo del famoso Tratado de la Concordia mediante el cual Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón (los famosos Reyes Católicos) llegaron a un acuerdo mutuo mediante el que quedaban claras las responsabilidades de cada uno en su reinado.
Al salir del recinto del Alcázar de Segovia, si giráis hacia la derecha hay una calle que nos sirve para volver en dirección al acueducto y la catedral y desde la que hay unas vistas maravillosas del Alcázar y alguna que otra puerta medieval como la Puerta de San Andrés.
Mirador de la Pradera de San Marcos y Santa María del Parral
Sin embargo, si damos un paseo y bajamos al río Eresma que circunda la ciudad la perspectiva cambia por completo y lo que vemos es un auténtico palacio de cuento de hadas. A este lugar, llamado pradera de San Marcos puedes llegar fácilmente en coche y hay un aparcamiento público cerca, si vais con niños es perfecto para dejarles un poco libres y que jueguen hasta cansarse.
La visita al interior es también obligada ya que además de maravillarnos con lo grande que es, desde las ventanas tenemos unas vistas impresionantes de la ciudad, la sierra y la llanura castellana. (Entradas desde 9€ aquí)
Cuando bajéis al río, además de poder alucinar con la vista del Alcázar, os recomendamos que recorráis el paseo fluvial que permite recorrerlo, una auténtica delicia.
¿A qué famoso monumento andaluz os recuerdan estas vistas?
También al otro lado del río se encuentra el monasterio de Santa María del Parral. Un monasterio de clausura recientemente reformado en el que las monjas en ocasiones permiten acceder a ver los maravillosos jardines que alberga en su interior. Las vistas de la ciudad desde ahí son magníficas.
Pasea por el Barrio Judío.
Los primeros informes de la presencia del judaísmo en la ciudad de Segovia nos llevan al año 1215, donde la comunidad judía estaba formada por un centenar de familias.
Como era habitual en esas épocas, tanto cristianos como judíos convivían sin ningún problema hasta que los Reyes Católicos decidieron segregar las comunidades.
La antigua judería albergaba dos sinagogas y estaba rodeado por ocho puertas, tres de las cuales todavía están presentes en la ciudad. Como la de Córdoba, el trazado del barrio del lado sur de la ciudad amurallada permanece prácticamente intacto.
Es perfecto para perderse y alejarse del bullicio un rato ya que tiene los típicos callejones y recovecos en los que descubrir algún que otro palacio medio escondido.
Aunque no es una ciudad muy grande, no deja de ser una ciudad por lo que lo mejor es poder pasar al menos una noche en la ciudad para poder saborearla sin prisas. Hay multitud de pequeñas iglesias como la de San Martín un poco más alejadas del centro histórico que merecen ser visitadas.
Indispensable es en nuestra opinión también el poder reservar una mañana o tarde para visitar los maravillosos jardines de La Granja y darnos un buen homenaje comiendo los famosos judiones de la granja y muchos otros platos típicos en los mejores restaurantes de Segovia.
¿Qué ver en Segovia en un día gratis?
Una gran ventaja que tiene Segovia es que es una ciudad que se puede disfrutar sin gastar ni un euro. Para comenzar el día lo mejor que puedes hacer es ir hasta el acueducto de Segovia. El acueducto impresiona por su gran longitud y altura, mientras estaba ahí sólo podía imaginar cómo construyeron esta estructura sólo con piedras. Desde la calle podrás verlo todo y sorprenderte.
El acueducto de Segovia es la entrada a la ciudad vieja, así que abre las puertas para el siguiente paseo del día. Recorrer las calles de la zona sin rumbo fijo te hará viajar en el tiempo y sentir como que estás en la edad media. Aprovecha para caminar por todos los rincones que puedas y sorprenderte en cada esquina.
Cuando nos empezamos a sentir cansados por las largas caminatas, la mejor decisión es ir por el norte hasta llegar a la Plaza Mayor. Esta es una bonita plaza con restaurantes repartidos a sus costados y muchos lugares icónicos de la ciudad que puedes observar sentado en algunos de los bancos.
Ya con las energías renovadas es el momento de continuar camino hasta llegar al mirador de la Pradera San Marcos. Desde allí tendrás una de las mejores vistas posibles del castillo medieval Alcázar mientras el sol cae al llegar la tarde. Haciendo esto habrás recorrido lo más lindo de Segovia de manera gratuita.
¿Cuándo es mejor visitar Segovia?
Es muy común la pregunta sobre cuándo visitar Segovia. Esto se debe a que algunas épocas no son muy favorables para el turismo.
La época ideal para visitar Segovia es de mediados de marzo a mediados de noviembre, aunque los más prevenidos incluso pondrían como límite el mes de octubre. La temperatura en verano es calurosa (sobre todo hace mucho calor en agosto) y algo fría en invierno (muy fría entre enero y febrero).
Para aquellas personas a las que el frío no les molesta, la Navidad es la época ideal, el ambiente es muy amigable y pasar las Navidades en España es una experiencia inolvidable.
En Segovia no es muy habitual que llueva, pero en el caso de realizar un viaje al principio o al final de la temporada, es recomendable llevar ropa de abrigo para protegerse del frío y la lluvia ya que es la única época en que las precipitaciones aumentan un poco.
¿Qué ver de noche en Segovia?
La noche de Segovia es tan o más hermosa que el día. Sus calles iluminadas y con algo menos de turistas brindan una experiencia muy diferente a la que se puede vivir por la mañana o la tarde, sobre todo por lo bellas que quedan todas las edificaciones antiguas combinadas con la oscuridad del ambiente y la iluminación de la ciudad.
Por eso una de las mejores recomendaciones que puedo traer es no perderse la vista del Alcázar de Segovia que se destaca por la noche con su hermosa iluminación.
Pero la noche también brinda la posibilidad de disfrutar de otro tipo de actividades. Si te gustan los pubs, me es imposible no destacar el pub La Escalera ubicado en Bajada de la Canaleja, Nº5. Este bar cuenta con un gran servicio, muy buenos pinchos y un hermoso ambiente en el que generalmente suena mucho rock, aunque eso no debe engañarte porque de todas maneras es bastante tranquilo. La especialidad de la casa, y mi favorito, es el pincho de tortilla.
Si estás para seguir y quieres pasar la noche bailando, no hay mejor opción que la discoteca Metrópolis. Uno de los mejores sitios para tomar algo con los amigos, muy grande y espacioso, con buena calidad y variedad en cervezas y bebidas con alcohol. Además, los precios son muy accesibles y los fines de semana ofrecen conciertos en directo. Una gran opción para disfrutar una noche segoviana diferente.
¿Qué días se puede visitar el Alcázar de Segovia?
Este lugar es una visita obligada siempre que viajes a Segovia por su larga e ilustre historia. Es famoso sobre todo porque fue utilizado como residencia real de los Reyes Católicos Isabel y Fernando y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Alcázar de Segovia abre todos los días de la semana, pero los horarios cambian según la temporada. Durante las fiestas navideñas, el Alcázar permanece cerrado o abierto parcialmente. Estará cerrado o abierto menos horas los días 24, 25 y 31 de diciembre, así como el 1 de enero, del 4 al 6.
Su horario de invierno se establece desde el 1 de noviembre al 31 de marzo, abriendo todos los días de la semana entre las 10 y las 18 horas. El horario de verano, del 1 de abril al 31 de octubre, también abre todos los días pero se extiende dos horas, desde las 10 hasta las 20.
Existen diferentes entradas que puede adquirir para visitar el monumento, en función de lo que desee ver. La entrada completa para adultos cuesta 9 euros y da acceso a todo lo que se puede visitar en el complejo. También está la entrada exclusiva para el Palacio y Museo de Artillería por 6 euros. Esta es recomendada para personas con restricciones de movilidad, ya que excluye la entrada a la torre, que no tiene una buena accesibilidad.
Pero hay una buena noticia: los martes no festivos, entre las 14:00 y las 16:00 horas, los ciudadanos de la UE entran gratis al palacio y al museo de artillería. Los residentes en Segovia también tienen su beneficio, ya que disfrutan de tarifas especiales: sólo 1 euro para el palacio y el museo, y 1 euro adicional si desea visitar la torre. Aunque los mayores beneficiados son los niños (y sus padres) ya que los menores de 5 años no deben pagar entrada.
¿Qué hay cerca de Segovia?
Si bien el mayor atractivo de la provincia de Segovia es su capital, no hay que olvidar que está rodeada de una multitud de pueblos hermosos a lo largo de su superficie de casi 7 mil kilómetros cuadrados.
Uno de ellos es Pedraza, una villa medieval amurallada que te traslada directamente a la Edad Media. En sus estrechas calles empedradas se pueden ver casas con escudos en sus fachadas e iglesias románicas como la de San Juan.
Una hermosa actividad es tomar un café en su Plaza Mayor y recorrer la Puerta de la Villa para dirigirse al castillo de Pedraza, una fortaleza del siglo XIII.
Sepúlveda es uno de los pueblos con más encanto de Segovia. Declarado Conjunto Histórico Artístico e incluida en la asociación Los Pueblos más Bonitos de España, se encuentra en pleno Parque Natural de las Hoces del Río Duratón.
Tan rico es el patrimonio de esta localidad segoviana que incluso cuenta con una zona de arte rupestre y dos yacimientos arqueológicos pertenecientes a la época visigoda.
En cuanto a los monumentos el mayor imperdible es el castillo de Fernán González, una antigua fortaleza romana reconstruida por este aristócrata. También se destacan la antigua cárcel, que hoy alberga la oficina de turismo, y varias mansiones aristocráticas, entre ellas las casas de los Proaño, con su espectacular fachada plateresca, y la del Conde de Sepúlveda.
Otra localidad muy interesante para conocer es Ayllón. Esta localidad goza de un entorno natural privilegiado, ya que se encuentra próxima a las Hoces del Río Duratón y al Parque Natural de la Tejera Negra. Asimismo, en sus alrededores se encuentra el yacimiento arqueológico de la Cueva de la Peña de Estebanvela donde también hay una necrópolis visigoda.
Una vez dentro del pueblo, hay que ver la hermosa Plaza Mayor en cuyo centro se encuentra el edificio del Ayuntamiento, antiguo palacio de los marqueses de Villena. Y, a un lado, la iglesia románica de San Miguel, en cuyo interior se observa una hermosa capilla gótica dedicada a San Sebastián.
Sin embargo, la iglesia más importante de Ayllón es la de Santa María la Mayor, una maravilla barroca con un campanario de cuarenta metros de altura.
Cuéllar es otra joya escondida entre los pueblos con encanto de Segovia. Su impresionante castillo conocido como el de los Duques de Alburquerque, sirvió de refugio a la reina María de Molina durante los disturbios que se produjeron tras la muerte de su marido, Sancho IV es el mayor atractivo
Dentro del pueblo, Cuéllar también ofrece un interesante conjunto de monasterios. Entre los más importantes están Santa Clara, que además es el más antiguo, San Francisco, de estilo románico, San Basilio y el convento de la Purísima Concepción. Todo ello sin olvidar el Santuario de Nuestra Señora del Henar, que se encuentra a las afueras y donde hay una talla románica de la Virgen homónima.
¿Qué hay típico en Segovia?
La comida española es uno de los mayores atractivos que tiene el país y uno de los que más extranjeros convoca. Segovia no es la excepción ya que cuenta con sus platos típicos que es imposible no querer degustar.
Uno de ellos es el lechazo. El lechazo es un plato español que consiste en un cordero aún sin destetar. Para que el cordero se clasifique como lechazo, debe pesar entre 5 y 7 kg y su edad no puede superar los 20 o 30 días. El cordero debe alimentarse sólo con leche materna, de ahí su nombre.
Hoy en día, numerosos restaurantes de España están especializados en este plato que solo necesita ajo, aceite y sal, además del cordero que se asa en hornos de leña.
Otro manjar que es necesario comer antes de abandonar Segovia es el cochinillo. El cochinillo es un plato español que consiste en cerdo asado con una carne suculenta, una piel tierna y crujiente y una capa muy fina de grasa. La carne es tan tierna que prácticamente se deshace cuando está bien cocinada. Este plato se sirve en toda España, y es especialmente popular en la región de Castilla.
Los cerdos no deben pesar más de cinco kilos ni tener más de tres semanas, y tradicionalmente se asan en grandes hornos de ladrillo abiertos. Un cochinillo puede alimentar fácilmente a cuatro personas, y suele pedirse en los restaurantes para cumpleaños y otros acontecimientos festivos similares.
Después de estos platos es inevitable querer un postre, y qué mejor opción que el ponche segoviano. Como su nombre lo indica, el ponche segoviano es un pastel tradicional español originario de Segovia. Este pastel de capas parece un gran rectángulo de natillas y mazapán cubierto de azúcar caramelizado y decorado con un diseño entrecruzado.
La receta de la tarta original es un secreto protegido por patente, pero probablemente se elabore con una combinación de huevos, azúcar, leche, harina, piel de limón, canela y almendras.
El pastel fue inventado en 1926 por un pastelero llamado Frutos García Martín en el café El Alcázar. Pronto se hizo popular en la ciudad, y el rey Alfonso XIII (al que le encantaba el ponche) le dijo al inventor que llevara el pastel a la Exposición Universal de Barcelona, donde ganó la medalla de oro en 1929.
¿Dónde hacer las mejores fotos de Segovia?
Es imposible no querer llevarse un recuerdo propio de los hermosos paisajes que entrega Segovia. Uno de los mejores “spots” para conseguir una buena foto son el mirador del Parador Nacional de Segovia, donde hay una gran vista a toda la ciudad ya que se encuentra algo alejado, lo que da mayor perspectiva. El único problema es que se requiere reserva para acceder.
Para fotografiar el hermoso Alcázar, no hay mejor lugar que la pradera de San Marcos. Allí se puede conseguir una foto angulada desde abajo, logrando que el monumento quede registrado de manera aún más imponente de lo que ya es.
Sin embargo, hay una opción que sin dudas es superior a cualquier otra, pero eso sí, hay que ser valiente: sacarlas desde un globo aerostático. Segovia es considerado junto a Alburquerque (Estados Unidos) y Bagan (Myanmar) uno de los tres vuelos en globo más bellos del mundo.
Gracias a su muy favorable clima, esta alternativa es muy segura y permite tener una de las mejores vistas que se pueden tener de una ciudad. Puedes sacar una panorámica en la que se aprecie la totalidad del terreno o sacarte una selfie con kilómetros y kilómetros de profundidad de campo a tu alrededor.
¿Qué ver en Segovia con niños en un día?
Si bien Segovia se destaca por su historia y sus construcciones añejas, lo cierto es que también es un destino muy amigable para los niños. El día puede comenzar yendo al Alcázar de Segovia. Allí los niños nunca se aburrirán si, con un poco de fantasía, se les cuenta que es el castillo en donde estaba Blanca Nieves.
Sin dudas serán atrapados por los montones de armaduras, espadas, cañones y escudos heráldicos. Y ni hablar cuando se acerquen al Salón del Trono, iluminado con vidrieras además de dos tronos y los retratos de Fernando e Isabel.
Después de un paseo así, sin dudas los niños querrán un poco de adrenalina. Qué mejor entonces que unas carreras en el Centro de Ocio Luis Miguel. Situado en un entorno natural, este centro de ocio ofrece varias actividades: carreras de kartings, cuatriciclos y hasta partidas de paintball.
Por la tarde, luego de haber disfrutado, quizás sea un buen momento para una actividad más calma. Por eso una buena opción es recorrer la ciudad en el tren infantil. Por tan solo tres euros en los horarios de 11:30 a 14:30 y de 17:00 a 21:00 los niños podrán conocer gran parte de la ciudad sin aburrirse ni un segundo.
Y al volver a tu hotel, no hay mejor opción que descansar en el Hotel Segovia Sierra de Guadarrama. Este hotel está diseñado para familiar ya que cuenta con piscinas con juegos para niños, una guardería y salas de juego. Y no solo eso, sino que además está muy bien ubicado, facilitando los traslados. Y por qué no, es un gran lugar para que los padres también puedan relajarse un poco.
Ir a Segovia desde Madrid en un día
Si estáis en Madrid y os apetece visitarla sin coche, a la ciudad se puede llegar en tren o en autobús.
Llegar a Segovia en tren:
Es posible llegar en AVE desde la estación de Atocha o Chamartín de Madrid. Aunque el trayecto es rápido no acaba de merecer la pena al completo ya que la estación se encuentra a las afueras de la ciudad y hay que coger un taxi o autobús para llegar al centro de la ciudad.
Una opción que sí merece más la pena es una excursión organizada de un día completo desde Madrid.
Saldremos de Chamartín, y el guía se encargará de los billetes de tren, traslados y explicar la visita a la ciudad.
Excursión a Segovia desde Madrid
Si preferís la vía más cómoda, podéis contratar una excursión con todo incluído.
City Tour:
este recorrido de 3 horas es excelente si deseas más historia de Segovia desde el punto de vista de un guía local. Comienza en Segovia, por lo que tendrás que llegar tú solo, y las entradas no están incluidas.
Segovia + Palacio Real de La Granja de San Ildefonso:
Si queremos visitar el Palacio Real de la Granja, y no sabes cómo llegar puedes aprovechar este tour. No solo te ofrecen un recorrido por el palacio, también incluye el espectáculo del encendido de las fuentes.
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